Cómo cuidar de tu vista en verano si usas lentillas

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Cuando llega el buen tiempo nos volvemos mucho más activos: salimos de paseo, quedamos con los amigos en el parque, vamos a la playa a tomar el sol, sin duda en verano hacemos muchas más actividades que el resto del año. Si pasas mucho tiempo al aire libre, es importante que te protejas de los rayos del sol. Y no, no hablamos sólo de crema solar: ¡tus ojos también necesitan protección!

En este artículo recopilamos los mejores consejos para cuidar de tu salud ocular si utilizas lentes, para mantener cualquier tipo de problema visual bien a raya y puedas simplemente dedicarte a disfrutar del sol.

Protege tus ojos del sol

Una exposición excesiva a los rayos del sol no sólo es perjudicial para la piel: los rayos ultravioleta también son muy dañinos para la vista. La radiación solar (en forma de rayos UVA y UVB) afecta a los ojos incluso en los días nublados, por lo que es importante protegerlos lo máximo posible. Pero no te preocupes, la solución no es quedarte en casa todo el verano: existen muchos modelos de lentes con filtro UV, diseñadas para bloquear los rayos UV. Combínalas con unas buenas gafas de sol homologadas, ¡y todo listo para salir!

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Evita nadar con lentillas

¿Existe alguna sensación más maravillosa que darte un buen chapuzón un caluroso día de verano? Por supuesto, sin las lentillas puestas. Al nadar con lentillas, corres el riesgo de que ciertas bacterias presentes en el agua contaminen las lentes de contacto, lo que puede derivar en infecciones oculares. Además, el agua deforma las lentes y puede hacer que las notes más incómodas de lo habitual.

Si no te queda otro remedio que nadar con las lentillas puestas, te recomendamos que lo hagas con lentillas diarias combinadas con gafas de natación, la opción más cómoda e higiénica. Simplemente quítatelas cuando te hayas secado después de nadar y así no correras ningún riesgo. Para el siguiente chapuzón, estrena unas nuevas, limpias y estériles. De esta forma, te aseguras de que no queda ningún residuo ni bacterias pegadas a las lentes de contacto. También puedes utilizar gafas de natación graduadas, pero pueden suponer un gasto mayor y tienen el inconveniente de que tendrás que comprar unas nuevas cada vez que te cambie la graduación.

Lentillas para hacer deporte

Cuando estás haciendo deporte, lo último que quieres es interrumpir la sesión para reajustarte las gafas, continuamente resbalándose por tu nariz. O empañándose. O cayéndose. Hacer ejercicio es mucho más sencillo con lentillas, ya que te proporcionan la máxima libertad, son mucho más seguras y ofrecen una visión periférica perfecta. Además, resultan mucho más fáciles de combinar con cualquier equipación: cascos, viseras, gafas de sol, etc.

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No te duermas con las lentillas puestas

Un rato de lectura en el sofá o en la playa puede terminar fácilmente en siesta, pero también en sequedad ocular o infecciones varias. No pasa nada porque se te olvide una vez, pero recuerda que dormir con lentillas está muy desaconsejado.

Si alguna vez te ha pasado, seguramente recuerdes que al despertarte notarás una gran sensación de sequedad y te puede costar bastante quitarte las lentillas. Que no cunda el pánico: parpadea varias veces o utiliza lágrimas artificiales para rehidratar las lentes. También puede ayudarte masajear con cuidado los párpados y beber un vaso de agua, ya que ayuda a rehidratar los ojos.

 

Fuente: VisionDirect

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