¿Cómo detectar la miopía en su hijo?

La miopía es cada vez más frecuente en los niños. Además de causar molestias en la vida cotidiana, puede provocar complicaciones oculares en la edad adulta si progresa demasiado rápido. Por eso es importante detectar la miopía lo antes posible para que su hijo pueda beneficiarse de soluciones adecuadas no sólo para corregirla correctamente sino también, y sobre todo, para frenar su progresión. ¿Su hijo padece miopía infantil? Existen ciertos signos que pueden indicar la aparición de miopía.

¿Cuáles son los síntomas de la miopía infantil?

Los niños pueden no ser conscientes de un problema de visión debido a la falta de referencias. Sin embargo, si observa atentamente el comportamiento de su hijo, podrá detectar algunos signos reveladores:

¿Se acerca a los objetos para verlos de cerca?¿Entorna los ojos cuando mira a personas u objetos lejanos (un reflejo que le permite ver mejor)?¿Se queja de que no ve lo que está escrito en la pizarra o de que está demasiado lejos de ella?

Nuestro consejo: Si la respuesta a más de dos de estas preguntas es “sí”, sobre todo si ha observado que con frecuencia entrecierra los ojos para ver objetos en la distancia o tiende a acercarse a los objetos para mirarlos, debe ponerse en contacto con un oftalmólogo para que le haga un examen visual completo.

Estos signos pueden ser indicativos de miopía, pero aunque usted no los perciba, es aconsejable que lleve a su hijo periódicamente a un oftalmólogo para que le realice un examen exhaustivo.

Desde muy pequeños, los niños tienen la cabeza llena de sueños. Algunos imaginan convertirse en astronautas, bomberos o pasteleros, otros sueñan con ser payasos. También los hay que quieren enseñar, cuidar animales o inventar su propio oficio. Para que tu hijo pueda soñar, imaginar y planificar el futuro -para que aproveche su vida al máximo desde el principio-, ¡un examen de la vista es esencial!

¿Cuáles son los riesgos de desarrollar miopía?

Lo mejor es detectar la miopía lo antes posible. Aunque la miopía suele estabilizarse en torno a los 20 años, a veces puede prolongarse hasta la edad adulta. Sin un tratamiento adecuado y completo, la miopía puede ser un obstáculo para la vida diaria de su hijo y, si se agrava demasiado, aumentar el riesgo de que desarrolle enfermedades oculares más adelante.

Revisando regularmente la vista de su hijo (se recomienda una cita anual con un oftalmólogo) y ocupándose de la miopía de su hijo desde una edad temprana si es necesario, estará dando a su hijo la mejor oportunidad posible de tener la mejor visión posible.

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