¿Qué es la fotofobia y quién puede padecerla?
La fotofobia es más común de lo que puede parecer, se trata de una hipersensibilidad ocular a la luz y se presenta como síntoma de otras patologías oculares o neuronales.
Esta fotosensibilidad ocular, generalmente ocasionada por una luz muy brillante, es habitual en personas cuyo organismo produce poca melanina, como los albinos. Los bebés, que aún no cuentan con suficientes dosis de este pigmento natural, también se muestran muy molestos cuando la luz les da en los ojos.
Sin embargo, la fotofobia puede aparecer en cualquier persona y a cualquier edad. A veces, este tipo de fotosensibilidad ocular está asociada a diferentes problemas o condiciones de los ojos, como los siguientes:
- Conjuntivitis. Es la inflamación de la conjuntiva (capa fina y transparente que recubre el interior del párpado y la esclerótica), y se debe a diversas causas como por ejemplo virus, bacterias, alérgenos o productos químicos.
- Lesiones en la córnea. La córnea es una membrana transparente que protege la parte frontal del ojo de las agresiones externas. Esta lente natural tiene también un papel fundamental en el enfoque. Está muy expuesta a golpes, arañazos, cortes e, incluso, quemaduras solares.
- Cataratas. Se producen cuando, por el paso del tiempo, el cristalino (lente natural del ojo fundamental para enfocar), pierde transparencia debido principalmente a la incidencia acumulada de rayos solares. Como consecuencia de esto, la persona que tiene cataratas percibe la realidad un poco borrosa, con los colores más apagados o amarillentos.
- DMAE. La degeneración macular asociada a la edad o DMAE, es un problema visual que se produce cuando empeora el funcionamiento de las células de la mácula (parte central de la retina), encargadas de transmitir al cerebro las imágenes que capta el ojo. Como consecuencia, la persona que la padece, sufre una pérdida de la visión central.
- Glaucoma. El glaucoma es la pérdida de visión asociada a problemas en el nervio óptico, generalmente debidos a un aumento de la Presión Intraocular (PIO). Debido a que no suele manifestar síntomas hasta que la pérdida de la visión es muy importante, el glaucoma es conocido como “el ladrón silencioso de la visión”.
- Uveítis. La úvea es la capa vascular del ojo, que se encuentra localizada debajo de la esclerótica. Está compuesta por tres estructuras: el iris, el cuerpo ciliar y la coroides. La inflamación de la úvea o uveítis puede ser una consecuencia grave de la artritis.
- Dilatación pupilar. También conocida como “midriasis”, la dilatación pupilar se produce, sobre todo, en condiciones de poca luz. Es un mecanismo natural del ojo que sirve para mejorar la visibilidad. A veces, los profesionales de la visión dilatan la pupila para realizar un examen ocular. Con el tiempo, la pupila de algunas personas pierde la capacidad para contraerse o dilatarse adecuadamente.
La fotosensibilidad ocular también puede estar producida por dolores de cabeza o migrañas, por malestar tras la ingesta de alcohol o darse durante la recuperación de una cirugía ocular.
¿Cómo se combate la fotofobia?
Si se trata de un problema puntual, como una conjuntivitis o una lesión en la córnea, lo más indicado es evitar la luz solar, usar gafas oscuras (incluso en interiores), y procurar dar un descanso a los ojos cerrándolos a menudo.
Si la fotosensibilidad ocular es consecuencia de una patología más duradera, como las cataratas, o permanente, como la DMAE o el glaucoma, se recomienda a la persona el uso de filtros terapéuticos. Los filtros terapéuticos absorben el exceso de luz del entorno, protegen de los rayos UV y, además, mejoran el contraste y la agudeza visual. Dependiendo de la patología de la persona, estos filtros pueden ser marrones, anaranjados o rojizos.
Consulte a su especialista de confianza y acérquese a Óptica Luis Trombetta, contamos con la Calidad y Confiabilidad de mas de 45 años de #Experiencia. Seguro podemos ayudarlo.
Fuente: Essilor
Seguinos en